Da grima las lamentables condiciones de nuestro aeropuerto, gracias a la desidia y ausencia total de gestión del alcalde autista, a quien nada le interesa ésta que no es su ciudad natal, menos obras que no pueda adjudicar a dedo a través de la Gestora Urbana.
Perales tiene unas 1500 operaciones mensuales, en aeronaves de capacidades pequeñas debido a la escasa longitud de la pista, contando sólo con dos calles de rodaje, estrecha área de plataforma y pequeñísima terminal de pasajeros en una ciudad que ya superó los 500.000 habitantes. No se cumplen las normas de seguridad estándares y lo más afrentoso es que en la terminal aérea llueve más adentro que afuera, por la indolencia de cambiar unas pocas tejas. Lo anterior estanca cualquier intento de progreso de una urbe que como Ibagué, quedó al rezago de otras similares.
Manizales va a inaugurar su nuevo aeropuerto del Café, como uno de los proyectos más importantes para la región que apoya Infi-Manizales, con una inversión superior a los 65 millones de dólares, con todas las condiciones técnicas, de infraestructura que permitirán el intercambio de bienes y servicios con el resto del país y del mundo.
Y mientras Barreto como Gobernador ejecutor obtiene gracias a su real liderazgo, una inversión superior a los 150 millones de dólares para la primera parte de la adecuación del aeródromo de Flandes, logrando convertirlo en un aeropuerto internacional de carga y de pasajeros, Chucho sólo consigue una risible inyección de recursos por parte de la Aerocivil para adelantar trabajos de maquillaje en la terminal aérea tolimense, que se llevarán a cabo hasta el 2014.