25 nov 2010

LOS PASQUINES ESTAN DE MODA
Se llama pasquín al escrito anónimo que se fija en sitio público, con expresiones satíricas contra el gobierno o contra una persona particular o corporación determinada.
El término procede de un zapatero romano llamado Pasquino, célebre por sus dichos picantes y graciosos cuya tienda era puesto de reunión de muchos desocupados que se entretenían hablando de los demás y de temas de la actualidad. Después de la muerte del zapatero, recomponiendo su calle, hallaron el tronco de una estatua antigua que colocaron en la misma plaza en que había sido hallada, delante de la que había sido su zapatería, por lo que el pueblo le dio el nombre del difunto.
Desde entonces, se tomó como costumbre el fijar en esta estatua lasátiras que se componían, suponiendo que hablaba en ellas el mismo pasquín tomando estas el nombre de pasquinadas.
Esta estatua o tronco de mármol blanco estaba colocada en un ángulo del palacio Orsini y en ella solían fijarse los pasquines. Las réplicas cuando era caso, aparecían en otra estatua cerca del Capitolio llamada Masforio.
Y nuestra inefable Ibagué, no podía quedarse atrás. Así existen pasquines que se llaman diarios y noticieros, si  ser más que eso.
Ahora con la tecnología, llegan esos pasquines a través de los correos electrónicos, vía internet, mucho más rápidos que la tradición oral de la calle 12.
Y aparecen correos comentando corrupción en una administración, donde no se requieren precisamente los pasquines, para saber que existe.
Lo que hacen es destapar y poner un poco en evidencia como funciona esa corrupción, cómo de cocina, con  quienes, y la verdad, es que quien hizo el que me llegó, debía estar muy dolido, porque lo dejaron como las guayaberas…por fuera del negocio, porque la denuncia del pasquín es para analizar e investigar. 
¿Qué quien lo hizo? Es irrelevante. Hay es que llegar al fondo de lo que allí se denuncia, que de ser cierto, es demasiado grave. Y me parece que se quedaron cortos, es decir, se trató de un pasquincito, porque la realidad parece que es mucho mayor.
Y  como toda verdad…dolió. Y por ello corrieron a hacer otro pasquín, en donde nada concuerda, porque por ejemplo, colocarme a mí como amigo de Mauricio Jaramillo, a quien jamás le he dado ni daría la mano, o de asesor del ex alcalde Rubencho a quien durante 4 años ataqué y critiqué, es simplemente para Ripley. Es respirar por la herida, como dijera el alcalde autista, después de las muendas que acostumbra dar a su fiel compañera.  
Y de verdad, que ojalá, por fin a raíz de los pasquines, los órganos de control investigaran tanta plata de donde llegó, cuando los miserables sueldos oficiales no alcanzan para hacer casas en Calambeo, como la de la rubia Mirella; o regalar Toyota último modelo a la primera gestora, para simplemente poner un ejemplito de lo que está extrañamente sucediendo en nuestra ciudad amada.
Que hay pasquines de pasquines es cierto. Pero que algunos contienen verdades, también lo es.
Yo me quedo con mi canción de “a veces llegan cartas….”, puesto que no quiero que me llegue un pasquín, donde se denuncie toda la verdad y tenga que proceder como ciudadano y abogado. ¡Dios no lo quiera.!..Prefiero ignorar tanta indignidad. 

4 nov 2010

ME VOY PARA CARTAGENA 
A VER UNA CIUDAD

Sí, aún cuando suene petulante, me voy para Cartagena. Pero aclaro que cumpliré un deber cívico al acompañar a la bella y carismática reina del Tolima,  Nicole Suarez Campos, aspirando a que nos traiga el cetro de Señorita Colombia tan esquivo desde que Edna Margarita Ruth Lucena nos concedió hace ya muchos años, esa dicha.
Y me voy a Cartagena a respirar aire puro, a caminar por bellas calles adoquinadas a la antigua que resaltan la historia apabullante de una ciudad   reconocida por la UNESCO como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, título que merece por su rico pasado, desde que fue fundada en 1533 por el español Don Pedro de Heredia, siendo el principal puerto del Caribe y uno de los polos de desarrollo industrial del país, especialmente en el sector petroquímico. Cartagena conserva intacta su arquitectura colonial que conmemora la época de la conquista, sus murallas y casas coloridas que son hoy algunos de los recorridos que el visitante no puede perderse. Otro llamativo son sus cristalinas aguas, y sus islas corozales donde se sumergen constantemente los amantes de buceo y donde toman un descanso con un baño de sol miles de personas.
Y viajo a encontrarme con una ciudad amable, donde sus gentes son abiertas y gentiles con los propios y turistas, donde si bien ha sido azotada por la corrupción de sus gobernantes, hoy en día cuenta con una alcaldesa ejemplar, ya la quisiéramos en Ibagué.
Voy a admirar cómo conviven lo colonial y lo moderno; dentro de las murallas a lado y lado de las calles estrechas hay hermosos portones y balcones florecidos y una romántica oferta de restaurantes y hoteles.
Observaré si existe algo parecido a la obra maestra de nuestro alcalde autista, como el sin terminar corredor cultural de la calle 10, o si existe un museo más exitoso que el del panóptico, y si hay tantos huecos como en mi ciudad, a pesar de tantas millonadas supuestamente gastadas en taparlos.
Preguntaré si llevan más de 10 años construyendo un acueducto alterno y a qué costo. Averiguaré si existe el porcentaje de la coima por contratos y si tienen un carrusel de contratistas como en mi ciudad amada.
Miraré los hospitales, para compararlos con el puesto de Salud del Sur, que hizo ganar a Chucho la alcaldía, para desgracia de una ciudad que merece un mejor tratamiento.
Trataré de saber de si de allí también llegan pobres y paupérrimos sus gobernantes y secretarias estrellas, y salen con lujosos apartamentos y vehículos, sin contar las ingentes sumas de dinero en Panamá y otras latitudes.
Miraré el mar y cuestionaré a Dios, del porqué el trato discriminado que nos da a varias ciudades Colombianas, no sólo por sus bellezas naturales, sino por algunos mandatarios que nos ha tocado padecer y que hacen que mientras Cartagena progresa, Ibagué siempre queda al rezago de ciudades intermedias.
Espero encontrarme con la primera Gestora de Ibagué, esperando que esa bella ciudad, le sirva más que la clínica de reposo donde estuvo recientemente recluida, por culpa de un alcalde autista, arribista, narcisista, machista y ante todo pésimo administrador.
Viajo a Cartagena a descansar de tanta, tanta corrupción que todos los días escucho en los noticieros y que me colman de tristeza por un pueblo sufrido que se lo están robando en varias esferas gubernamentales, sin que los órganos de control, ni el Moralesrussi municipal, hagan algo para evitarlo.
Viajo pues a Cartagena también…a descontaminarme.